Seguro que habrás oído alguna vez la mítica expresión “la primera impresión es lo que cuenta”. Esto es un hecho realista que va mucho más allá que esta mera expresión. Por ello, en el siguiente post vamos a contarte algunos consejos para que aprendas a decorar tu oficina de forma sencilla y darle así un toque mucho más moderno y afable. ¿Empezamos?
Cómo decorar una oficina
Decorar una oficina es igual de importante que decorar un hogar, ya que será el sitio donde recibirás clientes y donde los trabajadores pasarán gran parte de su tiempo. La organización y la sintonía entre los diferentes elementos que la componen deben estar totalmente armonizados para que puedas hacer de un lugar sencillo, un espacio de lo más acogedor.
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El color es la clave
Como sucede con cualquier estancia, el color de las paredes y del mobiliario es un elemento clave que determinará el aspecto de la oficina. Si optas por tonalidades claras como el blanco o los colores pastel, la sensación que transmitirá será de paz, armonía, calma y relajación. Asimismo, el uso de estas tonalidades ayudan a que el espacio se vea mucho más amplio y con mayor luz.
No obstante, para los más modernos y atrevidos recomendamos la combinación de colores. Opta por una mezcla entre los clásicos blanco y negro, o bien atrévete con pintar alguna de las paredes de un color que llame la atención. Dicen que los colores tienen diferentes efectos sobre nuestros sentimientos, por lo que muchos optan por el azul que incita la productividad o el verde.
Muebles funcionales y cómodos
Los muebles que escojamos para decorar nuestra oficina deben seguir una línea cromática a juego con el color de las paredes pero, por encima de todo, deben ser funcionales, cómodos y prácticos. Para ello, es imprescindible que tengas en cuenta cuales son las necesidades de la empresa.
- ¿Necesitas zonas de almacenaje?
- ¿Será un espacio abierto o habrá diferentes salas?
- ¿Mesas individuales o colectivas?
Todas estas preguntas te ayudarán a organizarte y a decidir cuáles son tus prioridades. Las mesas y las sillas son dos de los muebles más importantes que deberás tener en cuenta a la hora de elegir, ya que es donde trabajarán los empleados y lo que más espacio ocupará.
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Una vez seleccionados los muebles que quieras poner, es importante también que tengas en cuenta su color. Todos los muebles deberían ir en sintonía entre sí para que la oficina se viera como parte de un todo. De esta forma, el espacio se verá mucho más organizado y transmitirá una mayor sensación de profesionalidad. Recuerda que aunque la prioridad es aprovechar el espacio, es innecesario que compres muebles que no usarás. La mejor regla que puedes seguir para ello es la siguiente: mejor pocos muebles y grandes que muchos de pequeños.
La iluminación
Si antes decíamos que el color es uno de los factores más relevantes a la hora de decorar una oficina, la iluminación no queda en segundo plano.
Contar con un espacio donde se aproveche al máximo la luz natural te aportará grandes beneficios para tu salud, mucha más vitalidad y, a su vez, hará que ahorres en luz artificial.
Sin embargo, no todas las oficinas cuentan con suficientes ventanales para gozar de horas de luz natural. En estos casos, se aconseja que se invierta en una buena iluminación, que no dañe la vista de los trabajadores y que contribuya a que la oficina se vea como un espacio amplio.
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Plantas decorativas
Las plantas son, sin ninguna duda, un elemento decorativo que suele quedar bien en casi todas partes.
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Por un lado, aportan un toque de color en aquellas oficinas más serias o de carácter estático y, por otro, contribuyen a la mejora de la productividad reduciendo los niveles de estrés. Opta por las plantas de interior y sitúalas encima de algunos escritorios y/o estanterías. Verás como con este sencillo truco, el ambiente cambia de forma sustancial.
Separa las zonas de descanso y las de trabajo
Algunas oficinas que cuentan con bastante espacio, suelen tener algunas zonas diferenciadas. Incluso en aquellas más pequeñas es necesario encontrar un lugar donde poder desconectar y hacer un descanso. Para ello, lo mejor que podemos hacer es diferenciar ambas zonas mediante diferentes elementos. Una opción sería optar por un biombo o una estantería vertical. Sin embargo, también puedes optar por separar ambas zonas de una forma más sutil, como por ejemplo, poniendo unos sofás o mesas auxiliares en un lateral de la oficina. Aunque el espacio no quedará totalmente separado por un elemento vertical, los trabajadores podrán diferenciar totalmente la zona de trabajo de la de descanso.
Que no falte almacenaje
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El almacenaje es fundamental en una oficina. Y es que con el paso de los años, los papeles tienden a acumularse y a amontonarse en sitios no adecuados. Por ello, es indispensable que pienses en tener diferentes zonas de almacenaje. Esto contribuirá por un lado a la decoración del espacio y, por otro, a la organización. Lo mejor es contar con estanterías o baldas que liberen espacio de las mesas de trabajo. También podemos optar por las cajoneras que se sitúan debajo del escritorio para que cada trabajador tenga un lugar propio de organización.
Accesorios para la oficina
Finalmente, no podemos olvidar un seguido de accesorios que no únicamente facilitarán la vida laboral de los empleados, sinó que también van a servir para decorar y aportar más dinamismo al espacio.
Hablamos de múltiples productos como papeleras, portadocumentos, cajoneras y mucho más.
Puedes optar también por colocar algunos cuadros, láminas o bien vinilos adhesivos en las paredes, que tengan relación con el sector en el que desarrollas tu actividad profesional. Si trabajaras en una editorial de libros, podrías colgar diferentes portadas, por ejemplo.