Uno de los edificios más laureados del año pasado ha sido sin duda la Torre de Shanghái de Gensler, que se ha convertido en uno de los grandes hitos de la arquitectura de 2016.
Un rascacielos que ubicado en el distrito de Pudong y que se eleva a una altura de, nada más y nada menos, que 632 metros, con 128 pisos y una superficie total de 420.000 metros cuadrados. Hoy en día la torre de Shanghái se ha convertido en el segundo rascacielos más alto del mundo y en el edificio más alto de China. Solamente el Burj Khalifa, en Dubái.
Un espacio de tamaño colosal que ha logrado verticalizar las reuniones de negocios más importantes de esta singular ciudad. Una nueva experiencia para vivir y trabajar que ofrece una combinación inmejorable de espacio urbano y de negocios en un mismo edificio.
La historia de la torre de Shanghái de Gensler. Cómo empezó todo
El proyecto fue presentado a concurso el pasado 2008. Después de que numerosos estudios de arquitectura pujaran por conseguir este singular proyecto, solo dos propuestas de diseño consiguieron llegar a la final. Ambas propuestas preveían una altura de 580 metros de altura. Finalmente fue el diseño de Gensler, debido a su carácter innovador y sostenible, el que finalmente fue elegido en junio de 2008. Este diseño contemplaba la creación de un rascacielos casi vivo, en movimiento. Caracterizado por una estructura que gira a medida que aumenta en altura y rodeada por una pared de vidrio exterior. Sin duda uno de los elementos que más llaman la atención de esta nueva torre es su espectacular forma. Un diseño asimétrico de esquinas redondeadas y perfil estrecho cuya finalidad es los fuertes vientos tifones que se desarrollan en Shanghái.
Diseño de uno de los grandes hitos de la arquitectura de 2016: la torre de Shanghái de Gensler
La torre se compone de un total de nueve edificios cilíndricos que se apilan uno sobre otro para dar forma a esta increíble estructura. Todos ellos están cubiertos por una fachada de vidrio tras la cual se ocultan nueve preciosos jardines interiores que se han convertido en el espacio público de esta increíble torre. Pero no solamente cuenta con preciosos jardines que todos los ciudadanos pueden visitar, sino también con espacios para celebrar eventos en la base de la torre. Además, la torre de Gensler dispone de un observatorio en la parte más alta. Hoy en día esta plataforma de observación es considerada la más alta a nivel mundial.
El diseño de vidrio de la fachada no es baladí, ya que es el encargado de reducir en un 24 % las cargas de viento. Algo necesario para luchar contra las fuertes corrientes de esta ciudad costera. Gracias al uso de estos grandes cristales se redujo la cantidad de material necesario para su construcción.
Si impactante forma de espiral sirve como catalizador para recoger el agua de lluvia. Esta agua de lluvia se utiliza en el interior de la torre para poner en marcha el sistema de climatización tanto en invierno como en verano. Una forma natural de aprovechar el agua de lluvia para hacer más ecológico tan singular edificio. A su vez, la torre de Shanghái posee unas turbinas de viento capaces de generar energía para el edificio. Una manera única y exclusiva de ahorrar y generar energía. Un auténtico 2 en 1 del mundo de la construcción ecológica y sostenible.
Este impactante rascacielos, que comenzó su andadura allá por 2008, terminó de construirse en 2014, se inauguró en 2015 y ha sido mundialmente reconocido por sus excelentes virtudes ecológicas en 2016 hasta convertirse en un verdadero hito de la arquitectura.