A todos nos encanta ver bien decoradas nuestras viviendas y locales comerciales. Está claro que no hay nadie que no disfrute con espacios atractivos y confortables, seguros y adaptados. ¿A quién no le gusta pasar largas horas en su cafetería favorita disfrutando de la conexión wifi mientras toma un delicioso café en unos sillones de ensueño? ¿Quién no disfruta de un salón perfectamente decorado donde puedes ver la televisión cómodamente mientras los niños juegan?
Y son precisamente estas sensaciones las que nos motivan a convertirnos en diseñadores en ciernes de nuestros espacios. El problema comienza cuando el resultado no es precisamente el que habíamos pensado. ¿Por qué pasa esto? Pues bien, esto sucede porque todas las personas tenemos tendencia a cometer ciertos errores de diseño que hacen que las combinaciones no fluyan. A veces, por ejemplo, nos enamoramos de un diseño que hemos visto en una revista y, cuando luchamos por aplicarlos en nuestros propios espacios no funcionan porque no hemos tenido en cuenta ni las dimensiones, ni la utilidad ni la confortabilidad de dicho diseño en nuestro entorno.
Queremos aprovechar este post para hablarte de algunos de los errores más comunes, fáciles de evitar, y que lograrán que las decoraciones de tus locales o viviendas sean mucho más correctas. ¡Comencemos!
Cuidado con las cortinas
A no ser que tengas una vista de lujo con unas ventanas increíbles y muy altas, lo normal es vestir todas las ventanas con cortinas. Las cortinas crean sensación de hogar, generan privacidad y convierten los espacios en lugares mucho más confortables. Pero, ¡ojo!, no todas las cortinas valen para nuestros espacios. A la hora de hacerte con cortinas ya confeccionadas, no olvides medir tus ventanas y tener en cuenta la paleta de colores de ese espacio. Además, si los espacios son ligeramente oscuros, es recomendable decantarse por estores para poder conseguir la máxima iluminación cuando estén enrollados.
No combines infinitos estilos de decoración
Es muy normal que veamos un estilo en una revista, que se ha convertido en tendencia, y nos enamoremos perdidamente de él, hasta el punto de querer trasladarlo a nuestros espacios. Cuidado con esto. Es mejor aplicar un único estilo a nuestros negocios u hogares para que haya una unidad en todo el conjunto que aplicar a cada habitación un estilo diferente. Si haces esto terminarás creando “habitaciones temáticas” de las que te cansarás fácilmente. Decora desde tu propio gusto. Hazlo con corazón y permitiendo que tu personalidad se vea reflejada en los espacios para que no te cansen. En ocasiones nuestro propio estilo nace de la mezcla de varios diferentes. Al encontrar tu estilo no olvides aplicar los estándares de comodidad además de los estéticos para que tus combinaciones resulte, además de atractivas, duraderas.
Pinta las paredes, pero elige primero el mobiliario
Un error muy común es vestir de color nuestras paredes cuando los pisos o locales están todavía desnudos. Pensamos que es una manera mucho más sencilla de pintar y que nos permitirá amueblar posteriormente con mayor comodidad. Pues bien, esto es un grave error a la hora de decorar. Si de verdad quieres crear ambientes y que tus espacios funcionen, recuerda elegir previamente el mobiliario, los complementos y la iluminación. A partir de ahí podrás decidir y visualizar más fácilmente qué color es necesario aplicar en cada espacio para que éste funcione.
¡Mide, mide y mide!
Parece una tontería, pero, uno de los errores más comunes es elegir la pieza de mobiliario sin tener en cuenta el espacio real de nuestros apartamentos o locales. Piensa que las tiendas disponen de muchos más metros cuadrados de los que tú jamás vas a tener en tu casa, por lo que la sensación que dará un mueble en un espacio mucho más reducido, cambiará por completo. Ve siempre con las medidas apuntadas y toma las medidas de los muebles que te gusten. A día de hoy existen programas gratuitos como sketchup con los que puedes hacer simulaciones de tus espacios y colocar los muebles para saber cuánto sitio de tránsito te queda, si todo resultará demasiado apelotonado o si los muebles que te han enamorado son excesivamente pesados para tu pequeño salón.